sábado, 6 de octubre de 2012

Evaluación del impacto de programas


Compartiendo experiencias de evaluación de programas para la reducción de la pobreza



La Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (ANSPE), del Gobierno de Colombia, organizó el 3 de octubre en la ciudad de Bogotá, un encuentro con representantes de la organización Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (J-LAP), donde se compartieron algunas experiencias en al campo de la evaluación de programas públicos.

La misión principal del J-LAP es reducir la pobreza garantizando que las políticas públicas se basen en evidencia científica. El representante del J.LAP para América Latina, Ryan Cooper, resaltó la importancia del rigor metodológico en los procesos de evaluación, donde la investigación de tipo experimental con selección aleatoria de beneficiarios, es el único método donde se puede lograr mayor validez interna de los resultados y encontrar alguna relación causal entre los resultados encontrados y las intervenciones realizadas.

 Muchas son las ventajas de evaluar un programa, como son: la posibilidad de optimizar el manejo de los recursos asignados, optimizar el programa, dar justificaciones reales para la sostenibilidad de una política o programa, y ayudar a la captación de fondos o fundraising. Aunque la continuidad de un programa, está altamente influenciado por las tendencias políticas del momento, si se dispone de información confiable sobre los resultados de las intervenciones, tenemos un elemento para el debate técnico del problema.

En la medida de las posibilidades, es importante analizar el efecto de diferentes alternativas y los costos generados en cada una de ellas, en relación a los resultados obtenidos, teniendo este balance poder seleccionar las intervenciones más costo-efectivas. 

La evaluación se convierte en una permanente experimentación, no tanto en un proceso que analiza resultados, sino en una herramienta que debe estar presente desde el momento de la formulación de un programa o política, de este punto debe partir el diseño de la intervención y el mismo sistema de evaluación.

El ciclo de la evaluación, conlleva un aprendizaje continuo, donde como investigadores se experimenta con la realidad, bajo criterios éticos, se ensayan diversos métodos de intervención y se analizan los resultados. No existen recetas mágicas para dar respuesta a los problemas sociales, tampoco para evaluar los resultados de las intervenciones, en este sentido como lo expresaron algunos expositores del evento, es importante la humildad para reconocer que no sabemos, pero estamos en una búsqueda permanente de las mejores respuestas.
                                                           

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Liliana