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Diversas
experiencias de cooperativas de agricultores, pescadores, criadores de animales
y otros productores de alimentos, han mostrado el gran valor que representa el
apoyo técnico y financiero dado a estas organizaciones de base. Mejorar las
capacidades de producción y comercialización de los productos de pequeños agricultores agrupados en
cooperativas, mejora no solamente los ingresos familiares y su calidad de vida,
sino da un aporte importante a la solución del hambre en el mundo.
Los
beneficios reportados por las cooperativos son amplios, ejercen un papel
importante en la comunicación y la información, adquisición de insumos y productos,
tecnología, capacitación. La unión hace la fuerza, y mediante las cooperativas
los agricultores pueden adquirir poder en el mercado y adoptar mejores
prácticas de producción y de uso de los insumos.
De
los 950 millones de personas que padecen hambre en el mundo, se estima que
cerca del 70% habita en zonas rurales, donde la agricultura es la base de la
economía, esto demuestra la importancia de fortalecer el rol del cooperativismo
para mejorar los procesos agrícolas y aportar al objetivo de reducir el hambre.
Las
cooperativas son una fuerza económica de gran peso, generan más de 100 millones
de empleo en el mundo. En el 2008 los fondos de las 300 mayores cooperativas
sumó cerca de 1.1 billones de dólares. En muchos países en desarrollo, las
cooperativas han logrado un liderazgo en la producción, principalmente de
productos específicos como el café, el maíz, la leche, el algodón, entre otros.
Sin lugar a dudas el fortalecimiento de los pequeños productores, mediante las
las asociaciones o las cooperativas es una estrategia
valiosa para generar mayor desarrollo rural.
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Liliana