Desde
hace varias décadas el uso de indicadores para la evaluación de gestión ha
tomado un impulso importante, inicialmente desde las empresas privadas y
actualmente en los sectores públicos y las ONG. La experiencia acumulada demuestra que los indicadores son instrumentos muy valiosos para la evaluación en cualquier sector.
Para
lograr que el tiempo utilizado en su formulacíon, recopilación, análisis y
difusión tenga los mayores beneficios al menor costo, es básico reconocer que
existen múltiples problemas que pueden limitar la utilidad de los mismos, entre
estos problemas tenemos:
Indicadores
pobremente definidos.
Número
excesivo de indicadores.
Definir
indicadores sin fuentes de datos accesibles.
Establecer
un sistema costoso, poco práctico o no utilizable.
Frecuentemente
hay una diferencia entre los indicadores óptimos o deseables y aquellos que se
pueden medir usando los datos existentes.
Algunos
sistemas pueden requerir un costo alto para la recolección de la información.
Monitoreo
amplio de actividades, sin enfocarse en lo prioritario.
Asignar a
un responsable especialista con poca participación del resto del equipo del
proyecto y de actores externos.
Poca
orientación al mejoramiento continuo de la calidad, donde el monitoreo se
convierte en una herramienta importante de gestión.
Enfocar
la mayoría de acciones hacia el seguimiento de la planificación y del
presupuesto.
Número
significativo de indicadores cuantitativos sin una valoración cualitativa de
los cambios.
Baja
utilización de los datos generados por el sistema, poca toma de decisiones.
Problemas
de remisión de la información entre los diferentes responsables o niveles.
Inconsistencias
de algunos sistemas estadísticos que arrojan datos poco confiables
Entrega
tardía de la información y de los informes, lo cual limita tomar decisiones
oportunas.
Baja
asignación de recursos humanos y financieros.
Los
objetivos y metas mal definidas y difíciles de medir.
Recomendaciones:
Concentrarse
en los indicadores claves.
Generar
un sistema rápido y exacto de información relevante para la toma de decisiones.
Enlazar
la producción de la información con las capacidades instaladas.
Validar
previamente las fuentes de información, su oportunidad y confiabilidad.
Lograr un
seguimiento cuantitativo y cualitativo de los resultados.
Debe ser
un proceso participativo entre los diferentes beneficiarios, actores.
Un
sistema óptimo debe ser aplicable, viable, adaptado y apropiado localmente.
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Liliana